Soy de estas personas que cuando ven una película la votan en FilmAffinity, y sólo tengo una regla: para votarla tengo que haberla visto entera, nada de a trozos. Una vez la he visto, tengo mi criterio de votación, claro. Si la peli me entretiene - me haya gustado o no -, ya tiene el cinco asegurado. Y de ahí para arriba hay un conjunto de pelis, las que se llevan el diez, que son, podríamos decir, mis películas favoritas: unas porque me dejaron con la boca abierta en el momento de verlas, otras porque las he visto cientos de veces y aún así no rechazaría verlas de nuevo, y, en general - homenaje a Stan Lee - porque son para mí «excelsior!».
(El orden no tiene ninguna razón específica, aunque mi favorita de favoritas sí está la última). Ahí van:
La Huella, (Joseph L. Mankiewicz, 1972)
Esta película me flipa y en su momento pensé que me iba a aburrir lo más grande. Es cierto que luego le cogí tirria a Michael Caine, cuando para una asignatura de la uni tuvimos que leer un texto sobre su vida (?) que venía poco a cuento y que, además, se me hizo interminable.
De todos modos, la película es una maravilla: larguísima y ambientada en un único escenario, toda la trama (¡de suspense!) recae en el guion y en la interpretación de Caine y de Laurence Olivier. Recomendadísima.
Full Monty (Peter Cattaneo, 1997)
Tenía el CD con la banda sonora de esta película, y eso es el indicativo número 1 de que una peli está entre mis favoritas. Realmente con Full Monty siempre termino llorando sin saber muy bien por qué (Inés, por Dios, es una peli sobre un strip-tease, deja de llorar con todo), pero el ambiente y la ¿ternura? con la que trata a sus personajes la hacen una de mis películas favoritas.
Quienes digan lo de «segundas partes nunca fueron buenas» es porque no han visto Shrek 2. Esta vez fui yo la que regaló la BSO - a mi hermana, en un CD doble donde venía también la música de la primera - porque, sinceramente, la versión de Holding out for a hero del Hada Madrina (Jennifer Saunders) fue lo que me hizo querer entrar al Conservatorio. En fin, lo único malo de esta película es que les dio alas para una tercera entrega de la saga que nos decepcionó a todos.
Manolito Gafotas (Miguel Albadalejo, 1999)
Me es inevitable ver el Caminón Manolito recorriendo La Mancha cada vez que suena La Campanera de Joselito. Esta película combina en su guion distintas partes de la saga escrita por Elvira Lindo, Manolito Gafotas, y lo hace tan bien que es una de mis películas favoritas de siempre. En casa es visionado obligatorio cuando empieza el verano, porque Carabanchel Alto bien podría ser Villaverde Bajo, y porque soñar con la paella valenciana es algo muy madrileño, para qué engañarnos. Cuando El Zorro de la Malvarrosa cierra la película diciendo eso de «Parecíamos distintos de lo que solíamos. Parecíamos felices», pues también se me escapa la lagrimita - seguida de unas cuantas lagrimitas más -.
Esta película tiene uno de mis números musicales favoritos de siempre, y es una joya de la animación que aún conservo grabada en VHS desde Telemadrid, con sus anuncios navideños incluidos. A Steven Spielberg le había dado por los dinosaurios en el 93, porque produjo esta película y, de hecho, en una secuencia de la película en la que aparece Times Square, vemos carteles que anuncian Jurassic Park (bien por la estrategia publicitaria, eso desde luego).
Uno de los nuestros (Martin Scorsesse, 1990)
Ay, Ray Liotta, aunque luego te parezcas a la figura de cera de Fernando Alonso riendo, qué guapo sales en esta película. Y cómo me gustó esta película. Tanto que luego vi Casino (Scorsesse, 1995) y, sinceramente, me quedo con Goodfellas. Never rat on your friends, and always keep your mouth shut. Como me pasa con La Huella, aunque sé que como la ponga me voy a quedar sin tarde - dos horitas y media dura la broma - en ningún momento me aburro, se me pasa el tiempo volando. Eso sí, profesores de Comunicación Audiovisual, dejad de poner en todas las asignaturas la escena del restaurante en la que suena Then he kissed me, que aunque sea una lección magistral de dirección etc. nos la sabemos todos ya de memoria.
Ice Age (Chris Wedge, Carlos Saldanha, 2002)
La escena de «¿dónde está el bebé? ¡aquí está!» me descubrió el humor. Sid, Manny, Diego y, por supuesto, Scratch, son los protagonistas de esta peli de la que, espero, no se haga versión de acción real (¿os imagináis el horror?). En fin, que cuando la veo aun me da la risa y la escena de Send me on my way me encanta.
😭😭😭
Buscando a Nemo (Andrew Stanton, Lee Unkrich, 2003)
Literalmente Nemo podría nadar en el océano de lágrimas que dejo a mi alrededor cada vez que veo esta película, madre mía, ni Up ni historias. Pixar, dejad de hacerme llorar - intenté aguantar con Coco pero al final nada, lo de siempre - o vais a tener que pagarme el psicólogo.
El caso es que Buscando a Nemo es, quizás, mi favorita de la casa, y aunque en realidad no podría elegir cual me gusta más de todas las pelis, esta me dio una de mis escenas favoritas del cine: cuando Marlin y Dory se encuentran en la boca de la ballena y él, llorando, le confiesa que prometió a Nemo que "Nunca le pasaría nada", a lo que Dory responde "¿A quién se le ocurre prometer eso? No puedes impedir que le pasen cosas, menudo rollo de vida".
«-¿Y dónde está tu abuelo ahora? -En el maletero de la furgoneta»
En esta furgoneta amarilla en la que viajan los Hoover rumbo a California para que la pequeña Olive se presente candidata a un concurso de belleza infantil, ocurre de todo. Pero es lo normal cuando los conoces, claro. Tan tierna y divertida que cada vez que la veo, lloro - sorpresa - de risa, de pena y de emoción.
Billy Elliott (Stephen Daldry, 2000)
Lo vengo advirtiendo con Buscando a Nemo: películas que tratan una historia emotiva entre un padre y su hijo no, por favor, que me descompongo y no me recupero en un mes. Billy Elliott lo tiene todo, nunca podría cansarme de verla y de decir lo buena que es. Es otra peli cuya música se me ha quedado dentro y me va a acompañar siempre, y paro ya porque me conozco y me emociono. Además, si os gusta, siempre podéis ver también Pride (Matthew Warchus, 2014), otra peli inglesa que hace un retrato social entre triste y esperanzador. Bueno, y si no os gusta Billy Elliott, ved Pride de todas formas.
Salí del cine con la misma sensación en la cabeza que tienes cuando te bajas de un avión. Si os gustan los superhéroes, tenéis que verla, y si no, pues también. Cabe la posibilidad de que se os haga larga - que lo es - pero, sinceramente, cuando salí de Infinity War lo hice con la sensación de que hacía mucho tiempo que no veía una película que me gustase tanto. Además, el fandom twittero me hizieron más amenos el final y la espera para la cuarta entrega de Los Vengadores. Gracias hermanos Russo y gracias Stan Lee 🖤.
Os dejo el trailer porque los trailers son unas de mis cosas favoritas en el mundo y una de las razones por las que me metí en CAV, y el de Infinity War en concreto es una maravilla.
Thelma & Louise (Ridley Scott, 1991)
¿Os he hablado ya en la entrada de pelis que me hacen llorar? Madre mía. Vi Thelma y Louise hace años, no sé, con trece o catorce, y me impactó muchísimo, pero es que el invierno pasado - 3 de diciembre de 2017, tengo una memoria enfermiza para las fechas - fui a verla con una amiga al Palacio de la Prensa, y casi me muero ahogada. Qué bonita, qué buena y qué necesaria. No sabría expresar 100% todo lo que significa esta peli para mi, así que voy a dejarlo en una recomendación, y ya juzgáis vosotros mismos.
Un cadáver a los postres (Robert Moore, 1976)
A ver, todas son "mis pelis favoritas" - en realidad no tengo una canción, una peli, un libro favorito o similar - pero, si tuviera que elegir una...pf; pues seguramente sería esta. No sé cuántas veces la he visto y se la he hecho tragar a mi familia. Para mí esta peli es una especie de precedente de Scary movie - y si leisteis mis imprescindibles de Halloween, entenderéis por qué es tan necesaria para mí - y podría verla cien mil veces más, que me seguirá entreteniendo y enganchándome. Además, el reparto es una pasada. En fin, la gran imprescindible de mis imprescindibles.